Definiendo conceptos…
Para empezar este artículo definiremos con precisión que significa cada uno de los elementos protagonistas que trataremos a continuación. “La educación emocional es un proceso educativo, continuo y permanente, que pretende potenciar el desarrollo emocional como complemento indispensable del desarrollo cognitivo, constituyendo ambos los elementos esenciales del desarrollo de la personalidad integral” (Bisquerra, 2000). La pedagogía sistémica es un abordaje pedagógico que tiene en cuenta los aspectos relacionales, los emocionales, cognitivos y los conscientes e inconscientes.
Estos son esenciales para vehicular la mejora de los aprendizajes en relación al campo del conocimiento, al de relación con los demás y al de autoconocimiento.
Según Bisquerra (2003): “Una emoción es un estado complejo del organismo caracterizado por una excitación o una perturbación que predispone a una respuesta organizada. Las emociones se generan como respuesta a un acontecimiento externo o interno” (p. 12).
Desmontando teorías
No hay emociones positivas o negativas sino agradables o desagradables. Las emociones básicas son: alegría, tristeza, miedo y rabia. Hoy en día, éstas están siendo muy trabajadas des de la escuela y en casa, por suerte, cada vez hay más sensibilización alrededor de la educación de las emociones des de muy pequeños.
Es necesario hablar también de los sentimientos, éstos, desde el punto de vista interpersonal constituyen una propuesta relacional. Lo que cada persona siente tiene un efecto en el resto de personas. Los sentimientos son un elemento más de las relaciones humanas y de la cohesión de grupo.
Los sentimientos, un mundo entero para explorar
A continuación hablaremos de los diferentes tipos de sentimientos: los primarios, los secundarios y los adoptados. Los sentimientos primarios son aquellos que tienen relación con una situación concreta, son breves, simples y liberadores. Los sentimientos secundarios tienen su origen en las ideas, son molestos a la hora de actuar y muy intensos, perduran en el tiempo ya que mantienen la inacción.
Tienen la función de evitar los sentimientos primarios, por tanto hacen frágil y débil a la persona. Los metasentimientos son sentimientos sin emoción, adoptan la forma de valor i no dependen de la voluntad de la persona, es decir, la persona registra esos sentimientos pero no se siente identificada con ellos. Los sentimientos adoptados son aquellos que son experimentados por una persona y que corresponden a otro miembro del sistema. Éstos son incoherentes por la persona que los experimenta.
Los sentimientos congelados son aquellos que no fueron completamente expresados por la persona y se han mantenido anclados en el ámbito somático (un buen ejemplo serían las contracturas corporales).
En resumen…
Una vez explicado de manera profunda la relación entre los elementos clave de las emociones y la pedagogía sistémica podríamos afirmar que la pedagogía sistémica y la educación emocional están íntimamente relacionadas ya que una lleva a la otra.
Por ejemplo, un suceso que haya pasado a alguno de nuestros antepasados afecta a nuestro sistema actual provocando una serie de conductas y comportamientos determinados, los cuales nos generan a nosotros y nuestro sistema familiar una serie de emociones y sentimientos que, con una buena gestión de éstos, ayudará y colaborará a llegar antes o después a un equilibrio. Ambas son complementarias, se necesitan para llegar a buen puerto y encontrar el camino a la solución y al desequilibrio que se está dando.
Es necesario reflexionar alrededor del camino hacia el autoconocimiento y el trabajo personal de las personas, tan importante para conocernos mejor, ser capaces de generar herramientas ante las adversidades y poder superarlas exitosamente. La educación emocional y la pedagogía sistémica aquí tienen un papel clave ya que reconociendo, aceptando y agradeciendo a nuestro sistema familiar, y, validando, regulando y siendo conscientes de las emociones ayudará a conseguir este reto.
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