La original creatividad

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Muchas veces se asocia la creatividad con la inspiración. El problema es que entonces, la creatividad depende de la inspiración y si no hay inspiración no se produce la creatividad.

Para salir de esta espiral de dependencia, es importante desligar la inspiración de la creatividad y para ello, es preciso desmenuzar el concepto de creatividad que ha imperado en nuestra Sociedad.

Se suele definir la creatividad como la capacidad de generar nuevas ideas para producir soluciones originales.

Sin embargo cualquier solución es de por sí original si es generada a través de uno mismo, en su propia individualidad consciente (cada ser humano es único e irrepetible y por tanto absolutamente original).

Entonces, más allá de producir soluciones originales, la propuesta es dirigirnos hacia la generación de nuevas ideas para acercarnos a la creatividad.

Como venimos indicando en el blog una de las opciones para entrar en contacto con uno mismo es tomando contacto con la respiración.

La respiración permite hacer un parón para situarnos hacia dentro, lo que facilita chequear el organismo en un primer lugar a nivel físico –cuerpo–, para después empezar a notar las sensaciones –lugar primero del campo emocional–.

Las sensaciones son el punto de partida: una vez sentidas, el camino de búsqueda de la nueva idea se bifurca al ser incompatible poner la atención en procesar desde la razón o el pensamiento con procesar sensitivamente.

Este es un punto realmente interesante: llevamos desde bien pequeños una inercia que nos lleva a descartar las sensaciones en beneficio del pensamiento.

Para entrar en contacto con la nueva idea (en dirección a la creatividad) nos encontramos entonces a expensas de ir pensando para tener en algún momento alguna inspiración que nos lleve a pasar a la acción.

A veces la espera puede ser larga…

Desde la sensación se entra en una dimensión de conocimiento abstracto, en un primer momento desconocida y extraña al ser humano al estar completamente entrenados en el pensamiento y totalmente desentrenados en la detección y el manejo de dichas sensaciones.

Sin embargo, es en este campo de trabajo donde practicando y aprendiendo podemos llegar a obtener nuevas ideas que permiten configurar la realidad continuamente de manera original, sin necesidad de estar pendientes de a ver cuándo nos inspiramos.

El autor/La autora

Miguel Martín

Llevo 15 años acompañando a personas y organizaciones en procesos de transformación y empoderamiento. He trabajado en estrecha relación con proyectos ligados al desarrollo social. Como director de Formaser, mi propósito es ayudar a construir espacios sostenibles de bienestar en el campo profesional.

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