El proceso de socializarnos nos lleva a buscar en nuestro entorno satisfacciones y estados de felicidad.
Es como una búsqueda infinita, pues continuamente encontramos nuevas necesidades que nos vuelven a alejar de ese estado de plenitud.
Buscar afuera implica, a veces, cierta desorientación, ya que cuando obtenemos algo que creemos que es lo adecuado, miles de estímulos como la televisión, anuncios, opiniones o comentarios, ayudan a despertar nuevos intereses.
La vida aumenta de velocidad y acabamos por no darnos cuenta del paso del tiempo: los años pasan “volando”.
Aún estás a tiempo para cambiar: desenfoca la mirada hacia fuera y enfócala hacia dentro, busca a partir de ti y aprende a no necesitar nada más que lo que a ti te acompaña a estar en armonía contigo.
La dificultad es que, desde pequeños hemos ido aprendiendo a vivir hacia fuera y hemos integrado diversas estrategias que nos implican actuar de manera automática.
El camino a recorrer consiste en desaprenderlas y aprender a buscar en tu interior nuevas vías, que te permitan observar la magnífica esencia de la vida, para que así descanses en ella y observes la belleza del paso del tiempo.
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