Vivir contando con los sentidos y atendiendo a las sensaciones del alma da aire fresco a la vida y la tiñe de un color especial.
Ya no se trata de asumir, de manera voraz, las oportunidades que van apareciendo, sino de atender a aquellas que nos permiten el crecimiento y el desarrollo.
Fijarse en qué hacer para ser útiles en la Sociedad o tener más en cuenta en cómo es el entorno, en vez de lo que a uno mismo le satisface, implica no asumir la responsabilidad de dirigirse a la realización y desviarla a la Sociedad, por ello, en muchas ocasiones, es común culparla de no permitir oportunidades de desarrollo.
Sin embargo, poner la atención en uno mismo implica dejar de mirar tanto las oportunidades que emergen y atender más a la forma que coge la necesidad de sentirse satisfecho.
El proceso para poder conectar con la satisfacción personal pasa en un primer momento por parar, por detenerte de todo el ritmo que vives en tu entorno, por respirar lento y profundo, por alejar el pensamiento de lo que creemos que tenemos que hacer, por soltar las tensiones corporales, por relajarte.
Este es el punto más difícil, imagino que puedes notar que el ritmo de la lectura no te deja detenerte, voy a proponerte que escuches una canción. La música ayuda mucho a hacer este ejercicio de conexión con uno mismo.
Si consigues dejarte ahí, en la canción, en la respiración, en soltar, imagino que llegarás a notar que estás más en tranquilidad.
Ahora, si has hecho bien el ejercicio, estás más en contacto contigo. El paso siguiente es el no hacer nada para poder notar los efectos del parar.
Si te fijas bien, al estar en este estado de quietud, estás tranquilo o tranquila. Cuando mejor somos capaces de producir es en un estado de tranquilidad.
La finalidad es anclar este estado de tranquilidad para notar cuáles son las oportunidades que se alinean con este estado: ver la oportunidad y notarme, notarme y ver la oportunidad.
Ahora que ya disponemos de este sensor que nos acompaña a detectar las oportunidades, podemos ver cuáles de ellas son las que se alinean mejor y cuáles no.
El siguiente paso es aventurarse a buscar nuevas que enriquezcan el proceso de crecimiento de la satisfacción personal.
Ánimo y adelante!
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